Tradicionalmente, los historiadores llaman
“Edad Media” al período de la historia europea comprendido entre la caída del
Imperio Romano de Occidente (476 dC) y la llegada de los europeos a América en
1492.
En este período, la unidad política y
cultural que los romanos habían establecido en el Mediterráneo desaparece y el Occidente
europeo se fragmenta en numerosos y pequeños reinos inestables, algunos de los
cuales con el correr del tiempo darán origen a los países europeos actuales. Podemos
decir entonces que se produjo una importante ruptura con la forma de
organización socio-política y cultural que había imperado en Europa a lo largo
de los cinco siglos de dominación romana.
Entre los siglos III y IV dC el Imperio
Romano se sumergió en una profunda crisis interna, política, económica, social
y religiosa. Administrativamente, fue dividido en dos: el Imperio Romano de
Occidente, con capital en Roma y el Imperio Romano de Oriente, con capital en
Constantinopla (Bizancio). En los siglos venideros, cada uno de ellos corrió
suertes diferentes.
A la crisis interna se unió la acción de los
pueblos germánicos –llamados “bárbaros” por los romanos-, que a partir del
siglo V invadieron violentamente el Imperio provocando su disolución
definitiva. Roma fue saqueada y las autoridades imperiales destituidas. Los
distintos pueblos germanos se adueñaron del Imperio de Occidente, determinando
la formación de numerosas unidades políticas independientes y poniendo fin a la
supremacía romana en el Mediterráneo. Después de las invasiones, la vida en el
occidente europeo cambió notablemente, y así, poco a poco, surgió una nueva
organización económica - social: el feudalismo.
Mientras
que los germanos tomaban el control del Imperio de Occidente, del otro lado del
Mediterráneo, el Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino había resistido
con éxito las incursiones de los bárbaros y los había rechazado. Bizancio conservará
su unidad política hasta el siglo XV.
Paralelamente, pero también en parte como
consecuencia de la caída del Imperio romano, se desarrollaron otras culturas
alrededor del Mar Mediterráneo. A partir del siglo VII, los árabes expandieron
su imperio y su religión, el Islam, transformándose en la civilización más
dinámica de la época. El dominio del Mediterráneo se repartió entonces entre
tres culturas diferentes: los romano-germánicos en el occidente europeo, los
musulmanes o islámicos en el norte de África y España, y los bizantinos en el
Oriente.
Mientras tanto, en América surgieron y se
consolidaron las sociedades Mayas y Aztecas (en el centro de América del Sur) e
Incas (en el sur de América).
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