martes, 10 de marzo de 2015

Diagnostico- Texto Actividad 2

Tradicionalmente, los historiadores llaman “Edad Media” al período de la historia europea comprendido entre la caída del Imperio Romano de Occidente (476 dC) y la llegada de los europeos a América en 1492.
En este período, la unidad política y cultural que los romanos habían establecido en el Mediterráneo desaparece y el Occidente europeo se fragmenta en numerosos y pequeños reinos inestables, algunos de los cuales con el correr del tiempo darán origen a los países europeos actuales. Podemos decir entonces que se produjo una importante ruptura con la forma de organización socio-política y cultural que había imperado en Europa a lo largo de los cinco siglos de dominación romana.
Entre los siglos III y IV dC el Imperio Romano se sumergió en una profunda crisis interna, política, económica, social y religiosa. Administrativamente, fue dividido en dos: el Imperio Romano de Occidente, con capital en Roma y el Imperio Romano de Oriente, con capital en Constantinopla (Bizancio). En los siglos venideros, cada uno de ellos corrió suertes diferentes.
A la crisis interna se unió la acción de los pueblos germánicos –llamados “bárbaros” por los romanos-, que a partir del siglo V invadieron violentamente el Imperio provocando su disolución definitiva. Roma fue saqueada y las autoridades imperiales destituidas. Los distintos pueblos germanos se adueñaron del Imperio de Occidente, determinando la formación de numerosas unidades políticas independientes y poniendo fin a la supremacía romana en el Mediterráneo. Después de las invasiones, la vida en el occidente europeo cambió notablemente, y así, poco a poco, surgió una nueva organización económica - social: el feudalismo.
 Mientras que los germanos tomaban el control del Imperio de Occidente, del otro lado del Mediterráneo, el Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino había resistido con éxito las incursiones de los bárbaros y los había rechazado. Bizancio conservará su unidad política hasta el siglo XV.
Paralelamente, pero también en parte como consecuencia de la caída del Imperio romano, se desarrollaron otras culturas alrededor del Mar Mediterráneo. A partir del siglo VII, los árabes expandieron su imperio y su religión, el Islam, transformándose en la civilización más dinámica de la época. El dominio del Mediterráneo se repartió entonces entre tres culturas diferentes: los romano-germánicos en el occidente europeo, los musulmanes o islámicos en el norte de África y España, y los bizantinos en el Oriente.

Mientras tanto, en América surgieron y se consolidaron las sociedades Mayas y Aztecas (en el centro de América del Sur) e Incas (en el sur de América).

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